miércoles, 27 de octubre de 2010

Pequeñas cosas que me irritan (y de las que luego me río un rato)

[Y con éste se acaban los post que tenía en la "recámara" esperando a ser publicados (excepto los bingueros  y el de mis lolas, que son "ad hoc"), por lo que pido perdón si a partir de ahora publico con menos asiduidad. Aunque intentaré que no sea así. ]

1. Cuando me levanto un microsegundo del sofá para coger algo de la cocina (y mi sofá está a, literalmente, 20 centímetros de la cocina, mi economía no da para más), y mi gato aprovecha para quitarme el sitio que he dejado calentito.
Momento en que me da la risa: cuando le quito y se me sienta al lado, mirándome fijamente y retándome. Me lo como a besos.

2. Cuando no me sale un paso de baile y me veo en el espejo de clase como una especie de cosa espasmódica que no sabe si está moviendo la cadera, la ceja, o el esternón. Epilepsia, pura y dura.
Me sale la sonrisa meses después, cuando los pasos me salen ( la mayoría de las veces, claro..)

3. Cuando voy con mi moto por las calles atestadas de coches, y éstos se cierran a drede para no dejarme pasar.
Me río cuando, a pesar de sus esfuerzos, mi moto se cuela por las rendijas y les dejo atrás en el tráfico de ésta nuestra capital.[Para eso me compré la moto, hombre...]

4. Cuando conduzco por Madrid, ya sea coche, moto o monopatín, y me gritan, por respetar el límite de velocidad: "tortugaaa!! Si es que, mujer tenías que ser!!"
Me río cuando pienso en la multa que les llegará a casa. [Ale, que corran a pagar al banco.]

5. Cuando me dicen que tengo "suerte" por ser funcionaria [Y los años que he estudiado 6/7 días a la semana, 8/9 horas al día? y los nervios pasados en los exámenes, cuyo período duró 6 meses? y todo lo que perdí y dejé pasar por quedarme estudiando? ah, no..espera! es verdad, que me lo regalaron...]
Me río cuando....bueno...pues eso, que soy funcionaria.

6. Cuando me dicen que tengo un trabajo "para toda la vida", de 8 a 3 y sin currar demasiado [ eso serán algunos!! que no digo yo que no lo haya, pero que el mito del funcionario ha hecho mucho daño...y el ratoncito pérez? qué tal está, bien?] y encima se alegran de que te bajen el sueldo.
Me río cuando....ver punto anterior.

7. Cuando me dicen que los opositores son gente rara, y que se quedan "tocados" para toda la vida.
Me río porque yo fui y soy muy normal (menos por el duende que me dice que queme cosas...)

8. Cuando mi jefe, al yo defender el horario de conciliación de la vida familiar y laboral, me pregunta que para que quiero yo conciliar, si no estoy casada ni tengo hijos, que con quién quiero conciliar.. (Pues con tu padre! imbécil!).
Ahí, juro en arameo, en hebreo y en cualquier otra lengua muerta, moribunda o fantasmagórica que se os ocurra.
Ahí, no me río, porque no concilio.

9. Cuando el dependiente de un sex-shop me regala un "juguetito" (tan necesitada me ve?)
Me río cuando acto seguido me dice con un guiño y sonrisuela que si quiero me dice como funciona y una clase práctica....¡¡¡!!!(cochino!)

10. Cuando la señora que me echa una mano con la limpieza encuentra el juguetito del punto anterior y me mira con actitud regañona (ahora la cochina soy yo)
No puedo evitarlo, se me escapa la risa.

11. Cuando se me acaba la batería del móvil y al encenderlo veo que mi padre me ha llamado 32 veces y que me ha mandado un sms  diciéndome que como no le llame, avisa a los bomberos.
Hablo con mi padre y le tranquilizo.
Simplemente me río. Resignación cristiana.


12. Pero la pequeña cosa que más me irrita, lo que MÁS me irrita, es que en la competición semanal que tengo en el supermercado con la cajera, consistente en ver quién es más rápido: si lo es quien embolsa (yo) o quien pasa los artículos (ella), gane ella.
Y hoy, al  ver que ya no me quedaban manos (una para sujetar el monedero y el bolso, otra para firmar el recibo de la tarjeta, un tercer brazo que no sé de donde ha salido ¿¿?? para sujetar el abrigo) he visto que se me amontonaban los artículos en mi parte de la caja y que la gente empezaba a lanzarme miradas críticas en plan "que lenta es esta chica..", me he reído al decir en voz alta lo que muchos pensamos: TE IMPORTA IR MÁS LENTA BONITA?? QUÉ NO ME DA LA VIDA!! TREGUAA!!!

Ale, ya estoy a gusto.

Y a vosotros? qué os irrita?

lunes, 25 de octubre de 2010

Mantis

(Ningún animal o macho ha resultado herido en la redacción de este post)

Como ya adelanté en un capítulo anterior, he tenido bastante “mala suerte” en el terreno sentimental.

Reconozco que, durante los últimos años, parte de mi “mala suerte” se debía a mi miedo congénito a las relaciones, al valor (o mejor dicho, la falta de él) y a coger el toro por los cuernos, tanto para bien, como para mal….pero en las últimas ocasiones, el tema ya no depende de mi.
Creo que hay una conjura astral para que a mi me salga mal todo en el tema amoroso.

Una conjura astral, un mal de ojo, o una alineación planetaria.

Mi amiga Bridget, como buena científica, ha teorizado sobre mi trayectoria y ha llegado a la conclusión de que yo fui una mantis en otra vida. Una Señora Mantis, y que por lo tanto, en esta vida estoy pagando todas las cabezas de machos que me he zampado en la anterior.

A qué salgo mona??

Tiene toda su lógica.

Así que, después de pensarlo mucho, el año pasado decidí que tenía que matar a la mantis (nada de suicidios, tranquilidad..). Y cómo se mata a una mantis??

Insecticida? No tengo a mano.
Un pisotón? Demasiado agresivo.
Ya está! Indigestión!

No hay que dejarle margen de actuación!!

Dicho y hecho, en un esfuerzo sobrehumano, superé mis miedos e intenté abrir mi corazón y mi mente (no seáis mal pensados…), y mirar alrededor, con optimismo, pensando que, porqué no?, lo bueno también me podía pasar a mi.

Ilusa.

A mediados de año parecía que tenía la cosa medio controlada…y entonces apareció en escena un amigo mío que llevaba dorándome la píldora unos cuantos meses, y yo me empecé a dejar camelar..

Hasta que la mantis apareció de nuevo. Y se comió la cabeza del macho.

Su cabeza. Y su lógica.

El muchacho en cuestión, reculó como todo un campeón, con métodos no demasiado ortodoxos….así que yo decidí volver a mi vida, a disfrutar de mi soltería, de mis amigos, y de todas las cosas, que afortunadamente son muchas, que llenan mi tiempo.

[Creo que más que dolerme, este asunto me decepcionó. Qué feo]

Desde hace unos meses estoy tranquila, contenta y feliz. Satisfecha conmigo misma, diría yo. Me conozco mejor  y se nota.

Y creo que eso hace que pasen cosas buenas.

Es entonces  cuando empiezo a notar a la mantis...la siento, y ella me huele…y me entra el miedo.

¿Actuará la Mantis? Se admiten apuestas!

Pero ahora hay una diferencia, y es que estoy preparada. Y sé que pase lo que pase, podré con ello. Podré con la Mantis y la llevaré a mi terreno.

Esta vez, ganaré yo.

[Y si no siempre puedo emborracharla]

sábado, 23 de octubre de 2010

"Iniciación a la lectura" (o ¿Cómo erradicar el síndrome de Belén Esteban?)

Cuando era pequeña, en los fines de semana yo tenia un ritual con mi padre. Todos los domingos por la mañana, o bien nos íbamos al rastro o bien nos dabamos un garbeo por la  Cuesta de Moyano.

Lo del rastro a mi me encantaba, veía un monton de cachivaches viejunos, que parecían sacados de una de esas pelis antiguas que a mi tanto me gustaban, aunque reconozco que al final de la mañana ya estaba un poco harta del polvo, los muebles raídos y las revistas viejas (lo que son las cosas, ahora todo eso se llama vintage y se cotiza el doble. Cosa de las modas)

La Cuesta de Moyano era otro cantar.. al principio me aburría muchísimo. Libros, y mas libros…¿qué había de interesante en eso? [Sobre todo cuando podía quedarme en casa viendo la bola de cristal o cajón desastre.] No entendía la pasión de mi padre por los libros..

Y entonces empezó la mía. Por curiosidad, por saber que era lo que tanto fascinaba a mi padre, o tal vez, por simple inercia o imitación, empecé a leer. Todavía recuerdo cuales fueron los primeros libros: los de la colección del barco de vapor. Recuerdo que tenía varios (todos regalos de mi padre) de los diferentes colores que había: estaban los blancos que eran para los mas pequeñines, si no recuerdo mal luego seguían los azules, luego los naranjas y por fin los rojos que eran los de los mayores.. Aun recuerdo algunos títulos : “los hijos del vidriero”, “la princesa de los Elfos”, “Fray Perico y su borrico”, “Matriuska”.. Y que me decis de la serie de “el pequeño vampiro”? y “elige tu propia aventura” (muy divertidos!)? y “las mil y una noches”?

Más adelante, empecé a “tomar prestados” libros de mi padre,..y claro, empecé a desear que el domingo mi padre dijese: “Venga Adalias! Vamos a la Cuesta de Moyano!" Y yo me relamía, frotando las manos, pensando en las historias que encontraría..

¡¡Cómo disfrutaba (y disfruto) leyendo!! Todavía recuerdo cuando me compré (en el año 93') “Drácula de Bram Stoker” (El libro auténtico, no el de la película) lo viví tanto, me absorbió de tal manera, que tuve que dejar de leerlo por las noches, porque “creía” oír los golpes y aleteos de un murciélago en mi ventana..Verídico. Y pelín patético. Lo sé.

Fui descubriendo poco a poco historias y autores, y mi gusto se fue definiendo. Afortunadamente, la afición me ha durado y perdurado, y hoy me sigo relamiendo ante la idea de una buena taza de te, un buen libro y tiempo para disfrutarlo. Y no es que sea una persona hiper leída, con un gusto excelso, que solo lee ensayos y obras consagradas o con una gran carga intelectual. No. Soy de las lectoras normalitas, que disfrutan un buen libro por supuesto, pero que también caen en las redes de los best-sellers y le sacan su puntillo. A mi, simplemente, me gusta leer.

Pero tengo miedo. Tengo miedo de que la gente “joven” no lo aprecie, y me da pena de lo que se pierde. Ya no solo por la falta de lenguaje, de recursos y de cultura que puede provocar la falta de lectura, sino simplemente porque se están perdiendo uno de los mayores placeres que hay. Porque, queridos jovenzuelos, leer es MUY DIVERTIDO.

Y, os preguntareis…¿Por qué nos suelta todo este rollo “semi-paternalista”, “ñoño” y “pelín pedante”?

Pues porque tengo el drama en casa. Resulta que mi hermana, mi hermana pequeña, mi pequeña sílfide pelirroja, mi ojito derecho, de dulces 16 años, va y me dice con incomprensible orgullo que “no le gusta leer, ni le importa”.

Ainns. [Este ainns es uno de los mas profundos que he dicho.]

Ante tal declaración, opte por investigar lo que a mi hermana le interesaba, para poder elegir libros que pudiesen gustarle y que la engancharan. Le pase libros míos, mis pequeñas joyitas, de cuando tenía su edad, para ver si también funcionaban con ella. Nada.

Probé con Harry Potter. Nada.

Descubrí su debilidad (similar a la mía) por los vampiros (esto para otro post). Probé con la Saga Crepúsculo (Anne Rice era el paso siguiente). Nada.

Novelas de todo tipo. Tampoco.

[Porque claro, ¿de qué sirve que en el Instituto o en el colegio te “obliguen” a leer determinados libros - que ese es otro tema…porque a mí, obligarme a leer el Quijote no me ayudo demasiado- si te puedes descargar unos estupendos resúmenes de Internet? ]
Y se me han acabo las ideas..Se os ocurre algo??? Porque, sinceramente, me niego a que mi hermana se enorgullezca de  ello y  que algo como esto, le parezca "guai".

Ayuda. Por favor.

Porque lo siguiente es que me diga que se presenta al casting de Gran Hermano...que me la veo venir.

Y por eso si que no paso.

jueves, 21 de octubre de 2010

Los bingueros

Solo se que tenía que compartirlo, y eso que tengo un par de post ya escritos...

No tengo palabras.



Teniendo en cuenta las actividades en familia que son costumbre en mi casa....

¿Qué le digo estas Navidades a mi abuela?

Competencia desleal. Que país de pandereta.

lunes, 18 de octubre de 2010

Con las lolas al viento

He empezado 7 veces a escribir este post y todavía no sé como contar una de las cosas que me han pasado este fin de semana. Una de las cosas más vergonzosas de TODA mi vida.


Ains infinitos.

Empezaré por el principio, que siempre ha sido una buena estrategia.

Todo comenzó el día que una muy buena amiga, mi querida Misia,  compañera de Danza oriental, nos dijo que se casaba y que quería que la Doctora B. y yo bailásemos en su boda. A mi me encantó la idea, dentro del marrón de nervios, coreografiar, busca música, etc…pero que ella confiase en nosotras para poner un punto especial en “el día más feliz de su vida” era todo un orgullo, y bailar siempre es un placer.

Así que Doctora B y yo quedamos varias veces para ensayar, busqué la música, la edité, coreografiamos la canción, preparamos un vestuario y todo quedó más o menos listo.

El día D, yo estaba de los nervios. Me pongo cardiaca cuando voy a actuar, pero son de esos nervios mezcla de adrenalina que hacen que te crezcas en el escenario. Así que no me preocupé demasiado…..aunque un presentimiento se me pasó por la cabeza…”bah!” pensé, “son los nervios”.

Tal y como habíamos previsto y la novia nos había indicado, nos levantamos al final del segundo plato, y nos fuimos a vestir. Nadie sabía que íbamos a bailar, iba a ser una sorpresa para todos los invitados. Nos arreglamos y nos fuimos cada una a nuestra posición.

El histerismo empieza a remitir. “Soy una profesional” pienso, “esto lo he hecho millones de veces. Nos sabemos los pasos la música es preciosa y le va a encantar a nuestra amiga”. Suspiro profundamente y espero que se “levante el telón”.

Suena la música.

Primeros acordes.

Salgo a la primera Sala, bailo mi parte. Todo bien, me acuerdo de todo. Caras de agradable sorpresa en los rostros de los comensales. “Genial – la gente nos lo va a poner fácil, tiene ganas de pasarlo bien!”

Llego a la Sala principal, delante de la mesa presidencial, me reencuentro con mi compañera de baile. La Doctora B. preciosa, me sonríe y yo estoy sorprendentemente tranquila.

Genial. Todo va sobre ruedas.

Nos agachamos en un impasse de la música y… DESASTRE!!!!!!!!!

Mi sujetador decide que no le apetece seguir haciendo su función y se declara en huelga: se suelta y mi par de vergüenzas quedan al descubierto en medio de la Sala de comensales de la boda…

……..

………


……….

AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH Mamá, mamá, mamá….

[Maldito tetero!!!! Te da por ponerte en huelga ahora!!!! Al menos que haya servicios mínimos, no???!!!]

Horror, destrucción, muerte.

Sobre todo porque también salieron volando los dos rellenos que toda bailarina se pone para tener “las cosas en su sitio”. Ay ay ay ay ay ay ay

[Pero cuánto más debe sufrir una!?!?!?! Cuánto?!?!]

Rápida, no. Fui rapidísima!! Mis reflejos creo que han entrado en Libro Guinness de los Records (así me lo aseguraron, cosa que me tranquilizó porque, al parecer, no se me vió nada…)

Entre murmullos y aspavientos la Doctora B intentó sujetarme de nuevo el tetero. Cosa que consiguió por unos minutos con un imperdible.

Pero también el imperdible decidió suicidarse y se soltó. Así que decidí retirarme, entre el calor de un más que comprensible público.

No sé cuantas veces pensé esa noche: tierra trágame.
No sé cuantas veces pensé en llamar un taxi y salir corriendo de allí.

El caso es que me vestí y salí de nuevo al salón…ahí descubrí, y permitidme un momento ñoño y cursi, que hay gente maravillosa, que o bien no conoces de nada o que conoces de poco tiempo, que sin tener porque hacerlo se muestra cariñosa, comprensiva y empática, que te da su calor y apoyo. Gente que consiguió que la anécdota de mis “pechos” (se puede decir pechos en un blog??) se quedará en eso: una anécdota.

Y desde aquí gracias a todas ellas. La novia, mi amiga, estuvo increíble (bueno, en realidad toda ella estuvo increíble porque estaba preciosa) y el novio agradeció que el streptease que no tuvo en su despedida, yo lo hiciera “de gratis”. Qué majo.

Así que gracias a ellos conseguí relegar a un segundo plano el momento “con las lolas al viento”.

Bueno eso, y los chupitos de whisky que me tomé, seguidos de un par de copazos en la barra libre de la boda.

No, en serio, afortunadamente, estas personas hicieron que la noche cambiara de rumbo y que mejorara sustancialmente. Y vaya si lo hizo. Y hasta ahí puedo leer.

EDITO: Para más cotilleos sobre el evento consulten las siguientes crónicas: la de Speedygirl, la de Perli, la de un Gato y su chófer. Y por supuesto, la protagonista.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Bye bye single lady

Conste en acta que este post lo escribo con todo mi respeto a las despedidas de solteras. Espero que nadie se ofenda, y si ese fuera el caso, mil perdones de antemano.

Entre los ritos y tradiciones que tiene esta nuestra sociedad hay uno que siempre me ha llamado la atención. Es una tradición que solo mencionarla ya es sinónimo de juergas, desfase, y descalabre. Es la carta blanca fiestera para hacer un poco lo que te de la gana. Las despedidas de soltera. Sea de quién sea.

Desde jovencita, como digo, siempre me ha llamado la atención, porque cada vez que alguien decía que tenía una despedida de soltera, el comentario general era en plan: “¡¡Madre mía!! La que te espera!! ¡¡Menuda fiesta!!” o “puffffff, que desfase…”

El caso, es que por casualidades de la vida, dos amigas muy cercanas celebran su despedida de soltera con menos de un mes de diferencia. Una se ha celebrado ya (y afortunadamente todo salió bien) y la otra se celebrará en breve. Y puesto que en ambas organizaciones he estado levemente pringada..me he puesto a  pensar en todos los elementos que hay que tener en cuenta y que pueden formar parte de una despedida…y señoras y señores, eso sí que es un negocio!! [Sí es que yo me he equivocado de trabajo!!]

Aquí va una pequeña lista de todo lo que hemos sopesado en la organización de las despedidas..yo todavía estoy alucinando con algunas..

1.- Atuendos.
Sí. Atuendos. Porque disfraces en algunos casos me parece demasiado normal.
Uno puede optar por ir vestido con total normalidad, por llevar algo significativo o distintivo, por disfrazarse de algo que tenga gracia o sentido para la novia o, simplemente en ir vestido como una mamarracha.
De hecho, vista la variedad de disfraces que hay para las despedidas de soltera, me he dado cuenta de que lo que se lleva es el disfraz de mamarracha.

Mamarracha sexy, eso sí.

Y que conste que a mi me encanta disfrazarme.

2.- Restaurante.
Hay de todo y para todos los gustos, pero lo que sí me ha quedado claro es que llevar delante “despedida de soltera” hace que se incremente el precio del menú en un 30% por lo menos, o que intenten hacértelo más “atractivo” con espectáculos de drags/magos/actores.
Proliferan los restaurantes temáticos, de miedo, de risa, misteriosos..(eso sí me ha parecido una alternativa original, la verdad, y no sólo el típico restaurante erótico festivo con panes y postres con forma fálica)


3.- "Actividades-festivas-que-hacer-con-la-novia-para-avergonzarla/divertirla/emocionarla”.
Desde spas urbanos, hasta roscos caseros y personalizados imitando al concurso pasapalabra, pasando por cursos de maquillaje, tapper-sex, cursos de baile, desfiles, espectáculos a domicilio, paseos en limusina..
Hay todo un abanico de propuestas encima de la mesa.
Yo diría que esto ha sido lo más divertido de investigar.

4.- Discotecas.
¿Sabíais que hay discotecas que son favoritas para las despedidas de soltera? Pues yo no. Ni idea. Y al parecer es vox populi.
Según las distintas webs, hay algunos locales nocturnos especializados en despedidas de solteras (y no me refiero a los restaurantes eróticos, que ese punto ya lo he tratado). Y la verdad es que no tengo ni idea de cómo puede uno especializarse en eso…¿cada dos canciones ponen la marcha nupcial? ¿te obligan a emborracharte por ser tu “última juerga”?

5.- Los packs.
Como en prácticamente todo, ahora también hay packs de despedidas de soltera. Y muy variados:
Fiestas temáticas, ofertas globales que incluyen cena+discoteca+transporte, fin de semana completos plenamente organizados, o rurales..hasta fiestas en un autobús!!
Lo único es tener pasta. Porque la mayoría son bastante carillos.

Estos serían los puntos “generales” más importantes de una despedida, y creo que no me olvido ninguno….

bueeeeeeeeeeeeeeeenoooooooo, siiiiiiiiiiii, uno……..

El BOY!!

En toda organización de despedida que se precie se menciona este particular tema (se lleve a cabo o no en la celebración de la despedida).

La verdad ,es que a día de hoy, son pocas las chicas que ven atractivo este tema, y que no lo incluyen en sus despedidas (como las diademas fálicas, desterradas hace tiempo).

Y desde mi punto de vista, con razón.

Porque..¿Qué tiene de especial que un chico con un cuerpazo impresionante, baile delante de ti quitándose la ropa, haciendo movimientos sensuales con las caderas,  y provocándote mientras se va quitando la ropa, (esto ya lo he dicho no?) mientras le caen gotitas de sudor por el torso…?

…..

(uhmm…..)

[Qué calor, no??]

Pues eso. Que no sé que le ven.

En este punto, lanzo una pregunta…¿Por qué las despedidas de los chicos son, o al menos parece que son, más salvajes?
Y lo pregunto porque viendo los packs que hay para despedidas de uno y otro sexo, llama la atención el hecho de que en el caso de las chicas, siempre hay varios consistentes en relax, spas, masajes, etc, etc.

Y digo yo:
¿Es qué los chicos no tienen derecho a sus packs de “spa”?

Clara discriminación, hombre ya!

En fin, que de todo lo anterior saco una importante conclusión: Que por mucho pack que te quieran vender, lo importante es pensar qué le gustaría a la “novia” y compartirlo con ella, ya sea una cena tranquila con amigas, o la juerga padre digna de "Resacón en las Vegas"y por encima de todo que ¡¡VIVA LA NOVIA!!
 
[Aunque visto lo visto...se están creando nuevas tradiciones. esperemos que esta fiesta no nos toque organizarla nunca. 
Ainns. ]
 
Toquemos madera, y que el amor les dure. Que se lo merecen.
 
PPost. No podía dejar de mencionar un descubrimiento hecho a raíz de esta aventura de organizar despedidas de solteras..se trata de un Espacio Social de Erotismo. Curioso lugar (nada vulgar) y curiosas actividades. Buen provecho:)!

martes, 21 de septiembre de 2010

Dancing-Big-Queen (o como llegué a la Danza Oriental)

Como cada otoño, otro curso empieza. Una nueva temporada en la que mi agenda empieza a engordar desaforadamente con clases y clases de baile… porque una de las cosas que más me ha gustado en mi vida es bailar.

De pequeña me daba pereza todo. Mis padres siempre me han contado que yo no gateaba, yo reptaba. Reptaba por el suelo, arrastrándome como podía con ese pañal de antaño (que ocupaba el cuádruple de los de ahora) hasta llegar a la silla/sofá/cama más cercana.

Cuando se pusieron firmes conmigo, e intentaron que anduviera aunque solo fuese una manzana, ya era tarde. Yo me las ingeniaba para hacer un quiebro tipo Ronaldo y plantarme delante de mi padre con los brazos estirados, suplicando que me cogiera en brazos…Y siempre lo conseguía.

Sin embargo, y eso también me lo han contado mis padres, si escuchaba una canción, fuese bonita o fea, yo no podía evitar moverme al compás. Arrastrando nuevamente, como podía, el megapañal ochentero.

Tanto es así, que mis padres decidieron apuntarme de pequeña a ballet. Y eso me encantaba…disfrutaba con el tutú, con las bailarinas, con la sensación de ser una princesita… Me tiraba horas viendo videos de Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev (sobre todo la Dama de las Camelias y Romeo y Julieta)!!!



Y era feliz…hasta que crecí.

Mi flexibilidad siempre maravilló a mis profesores, y mi memoria coreográfica también. Pero todo se torció con un problema que se convirtió en un obstáculo insalvable: Yo creía, y crecía, y crecía. Me hice enorme.
Con 8 años medía casi tanto como mi madre (de hecho tuve que hacer la comunión un año antes, porque sino se hubiera tenido que ir a una tienda de trajes de novia para mi vestido. Verídico)

Y no solo era alta, sino que me desarrollé en todos los sentidos. Yo era…demasiado grande (gorda, no. Era GRANDE. Enorme) Y claro, la dulce, liviana y etérea profesora de ballet habló con mi madre y le dijo que por mi bien, debía dejar las clases, ya que sino, sufriría en el futuro al ver como mis pequeñas compañeras podrían llegar más lejos que yo y mi tamaño.

¿Y mi madre que hizo? Me apuntó a Taekwondo.

¡¡¡¡¡¿¿¿????!!!!!!


Grande yo y grande mi madre.
(Pamearynoechargota.)

Pasé de ser una princesita, a  ser Mulán*



Del taekwondo, que nunca me convenció, pasé al baloncesto, donde hice mis pinitos debido a mi altura (por fin servía para algo!). Pero siempre eché en falta el baile. El poder moverme al ritmo de la música..bailar y bailar..algo que solo podía hacer en los baretos a los que salía con mis amigas los fines de semana, y en los festivales de fin de curso en los que las niñas de la clase preparábamos un baile con la canción de moda del momento (en mi caso fue The Sign de Ace of Base, tiempos aquellos!)

Así suplía mi necesidad de baile hasta que descubrí la Danza Oriental.

Llegué a ella por casualidad, bueno…no tanta.

A mi siempre me atrajo lo oriental, y un día, en la facultad, vi que había clases de Danza del Vientre. Me pareció muy exótico y atrayente y me dio muchísima rabia no poder ir, porque los horarios no eran muy buenos…pero a partir de ahí busqué academias, y por aquel entonces no era tan fácil como ahora. De hecho me costó bastante.

Me gustaba porque se puede bailar sola, porque no hay límite de peso ni de altura (ni de edad, si se hace con moderación..), porque te enseña a aceptarte y quererte tal y como eres, porque este tipo de danza consiguió que volviese a sentirme femenina y princesita y porque consiguió hacerme sentir sexy, porque no decirlo!!

De eso hace ya casi 8 años..años en los que me he ido picando más y más, conociendo tendencias, diferentes ramas de la danza oriental, fusiones..y volviéndome cada vez más y más “friki”…pero eso, lo dejo para otro post, que por hoy ya está bien de frikadas..

Bueno no. Otra más, os dejó una joya de una de mis profesoras de oriental clásico, la gran Eva Chacón..y que siga la danza!!



* Sé que Mulán es China y el taekwondo es coreano, pero no he encontrado una guerrera femenina más cercana geográficamente. Reconozco mi ignorancia.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Mieditis aguda.

Las cuestiones del corazón son complicadas. Eso lo sabemos todos. Muchos de los problemas que nos llegan de la mano del amor dependen de la persona con la que te encuentras en frente (como dicen mis bloggeras favoritas en quédate a dormir con “los chungos de nuestra vida”), pero mi círculo y en concreto mis amigas, siempre me repiten que el 75% depende de la actitud que le pongas, de las veces que lo intentes, y del coraje que le eches.

Mi suerte en el terreno amoroso se parece a las probabilidades de éxito de Betty la Fea en Miss Mundo. Ninguna.

No es cuestión de ahondar en las heridas, pero digamos que mi trayectoria ha sido bastante mala. Y esta experiencia ha dado un fruto que todavía hoy sufro en silencio como si de una hemorroide mental se tratara: el MIEDO.


Los continuos fracasos sentimentales trajeron consigo un miedo que roza lo enfermizo. Miedo al fracaso. Miedo al rechazo. Miedo a que salga bien. Miedo a perder mi libertad. Miedo a no ser suficiente. Miedo a dar el paso. Miedo, miedo y más miedo

Con el tiempo me di cuenta de no era la única que sentía miedo, qué va! Somos muchos miedosos y cobardicas los que nos escondemos tras máscaras de seguridad y firmeza.

Pero.. ¿Cuáles son los tipos de miedo con los que nos podemos encontrar? Hay va una muestra que he comprobado con mi experiencia y con la de la gente que me rodea:

El miedo a lanzarse. Normalmente este tipo de miedo es mayoritario entre las féminas. Normalmente digo, porque a estas alturas he visto de todo... incluida en servidora.

Este miedo suele venir provocado por un miedo al rechazo, una inseguridad patológica o una timidez extrema... y ese miedo hace que se te paralice el cuerpo y que no hagas nada de nada frente a la persona que te interesa. Nada de nada o todo lo contrario: te vuelves tremendamente frío e indiferente, casi casi despectivo y borde (y en ocasiones, no tan casi). Con esa actitud, puedes conseguir dos cosas en el caso de que le intereses: que pase de ti porque crea que no tiene ninguna posibilidad, o que pase de ti porque crea que eres borde y antipático.

Resultado? El esperado: pasa de ti. (“Ves!! Ves como tenía razón!! Pasa de mi!”) Chica, con esa actitud, no me extraña.

El miedo a empezar. Este tipo de miedo suele darse más en el género masculino. Y (repitiéndome) normalmente digo, porque también en este caso he visto de todo…incluida en servidora (ainns).

Una vez lanzados a la piscina, y metidos en el asunto (vamos, una vez nos hemos liado o frinkado a placer), viene esa terrorífica pregunta: ¿Y ahora qué?

Pues ahora quedan (simplificando mucho) dos alternativas: que todo quede en un rollete, o bien de una noche o bien como un “fijo-discontinuo”, porque ambas partes lo consideren así (aunque en la práctica siempre hay uno que quiere más..) o que se plantee el tema como el principio de algo.

Ese es el punto. El principio. Empezar. Pánico. Horror. Terror. Y vértigo, mucho vértigo, porque en este punto lo que se le pasa por la cabeza al miedoso o miedosa es: “Renunciar a TODO tu tiempo para ti, renunciar a tomar tú solo las decisiones, renunciar a tu espacio, renunciar a tu libertad..”

Todos estos pensamientos negativos hacen que esa persona que hasta hace nada te parecía tremendamente atractiva y excitante, ahora se asemeje más a una especie de monstruo posesivo y chupóptero que te encarcelará de por vida.

De tal forma que el miedo, en estos casos, te hace auto-convencerte de que, verdaderamente, esa persona no te gusta tanto, y que no merece la pena “renunciar”.

Resultado? Sales corriendo cual correcaminos de la Warner. Silueta incluida.


El problema aparece cuando caes en la cuenta de que quien realmente ha decidido por ti es el miedo. Empiezas a plantearte si en verdad “empezar” significa “renunciar” y comienzas a pensar que puede merecer la pena, al menos, intentarlo.

Aunque por desgracia, normalmente uno se suele dar cuenta demasiado tarde. Lástima.

El miedo a implicarse. Este tipo de miedo, aunque dicen que es también típicamente masculino, yo lo he visto por igual…incluido en servidora (doble ainns)

Una vez metidos en el ajo, una vez se tira pa’lante y mientras se vive el presente, aunque sea con pequeños movimientos de codo de playmobil, toca implicarse, mirar hacia el futuro, y pensar en una vida en pareja. Y con cierta edad, convivencia (boda en su caso), hijos…

MIEDOOO!! Terror elevado a la enésima potencia, Pánico agudo y en algunos casos urticaria grave. Aquí no hay vértigo, hay caída libre y sin paracaídas.

Resultado? Pueden pasar tres cosas (simplificando mucho):

Una. Que se mande todo a paseo porque gana el miedo. O porque realmente es el miedo el que nos hace darnos cuenta de que no queremos esto, o al menos, no en este momento.

Dos. Superar el miedo gracias a grandes dosis de amor. (oooooohhhhhhh!!!!)

Y tres. Tirar pa’lante porque hay un miedo mayor al miedo a implicarse…

El miedo a romper. Este tipo de miedo también puede considerarse unisex…incluido en servidora (triple ainns)

Este miedo suele tener su origen en el miedo a la soledad, el miedo a los cambios y el gusto por la inercia y la rutina adquirida, todo ello unido al cariño que ha nacido hacia la pareja.

En la opinión de mi grupo de amigos, es el más difícil de superar.

Darse cuenta de que realmente ya no quieres a tu pareja, y tener el valor de “tirar” por la borda lo conseguido…ufff difícil decisión.


Resultado? Virgencita que me quede como estoy, que mejor malo conocido que bueno por conocer. (siempre me he planteado si este refrán es bueno o no, porque sinceramente yo prefiero lo bueno por conocer..siempre y cuando llegue, claro!)

En definitiva, creo que todos en algún momento habremos sentido un miedo parecido a los que he mencionado…incluida servidora (ya no me quedan más ainns..)

Pero como mi querida Dra. B me dijo en una ocasión, que “esos miedos no se conviertan en un miedo a vivir”.


Por eso, el año pasado decidí que ya está bien de miedos (Un “se acabó” tipo María Jiménez) y que le iba a echar ganas, huevos, harina y lo que hiciera falta. Así que espero hacer un pastel rico rico. Lo que no sé es si alguien se lo comerá.

Yo no, desde luego…es que me da miedo.

martes, 7 de septiembre de 2010

Su tabaco, gracias.

Este primer post se lo dedico a todas aquellas personas que han estado cerca de mí, animándome y aguantándome, en estos primeros momentos sin tabaco. Perdón por mi irritabilidad y gracias por estar ahí.

“Su tabaco, gracias”. Esa frase ha sido una de las pocas que he escuchado durante más de la mitad de mi vida, durante todos los días.

Si.

Eso mismo que estáis pensando.

Hola, me llamo Adalias y soy fumadora.

Bueno…era. Porque hace aproximadamente 45 días (44 días y 3 horas para ser exactos), que decidí que me fumaba el último cigarrillo y que ahora tocaba fumarse la vida.

No es la primera vez que decido dejar de fumar. Es la tercera (el tercer intento serio quiero decir).

La primera vez lo dejé porque a mi novio de entonces no le gustaba. Él era bastante deportista y no fumaba (excepto algún cigarrillo esporádico las noches de copas y celebraciones al uso). Me costó Dios y ayuda dejarlo, pero lo hice. Estuve 9 meses limpia.

Volví a fumar cuando rompimos. De hecho, y sin ser exagerada, 10 minutos después de cortar nuestra relación me fumé un cigarro que me supo a gloria bendita.

De ese primer intento la moraleja que extraje fue: “tienes que dejarlo por ti mismo, y no por los demás”.

La segunda vez lo dejé por mí, durante mi época de opositora. En ese afán mío por controlarlo todo, decidí que mi vicio maloliente era de las pocas cosas controlables que estaban a mi alcance. Me volvió a costar Díos y ayuda, pero también lo dejé. Estuve año y medio sin fumar.

El problema vino cuando aprobé, y volví a pisar la calle. La calle y los bares. La Noche me perdió. Y yo volví fumar.

La moraleja de ese segundo intento fue: …… Ains…. “siempre voy a tener ganas de fumar”. ( y más con una copa en la mano, y dos en el estómago)

Y aquí estoy con el tercer intento.

Ahora, lo he decidido por mí, por mi salud, y por mi bolsillo. Por mi bolsillo está claro, los casi 4 euros del paquete de tabaco que yo fumaba, hacían que anualmente 1278 euros se fueran al vicio….1278 euros!!!!! Sin comentarios. Y por mi salud, también está claro..mis pulmones me lo agradecerán. Mis pulmones, mi garganta, mi pelo, uñas y piel, mi voz, mi olor y mi aliento (y como consecuencia también lo agradecerá alguna que otra persona).

Esta vez estoy haciéndolo con cabeza.

Previendo que uno de mis problemas es la ansiedad que me produce la imposibilidad de darle al fumeque, consulté con el médico sobre los medicamentos de apoyo que hay en el mercado, y me decidí (con el beneplácito facultativo, claro está) por uno de ellos.

Ahí comenzó el maravilloso mundo de los efectos secundarios de las pastillas. Cuando uno se lee el prospecto, no sabe si tomárselas o tomarse directamente un chupito de arsénico, tirarse por el puente más cercano. Realmente sería más rápido.

Las pastillas en cuestión tenían, sobre todo, dos efectos secundarios que me llamaron la atención: por un lado, podían ocasionar dolores gastrointestinales, y por otro lado, depresión y comportamiento suicida.

Vamos, que o me voy por la patilla, o me corto las venas…eso sí, sin fumar.

Afortunadamente, no fueron ninguno de esos dos efectos los que me tocaron a mí. A mí me han tocado otros más normalitos: insomnio y positivismo vital.

Desde que dejé de fumar, paso las noches ojiplática, viendo las series que tenía acumuladas, leyendo los libros que hacían cola en mi mesilla de noche y jugando con mi gato, que al igual que yo, se activa por la noche…

El otro efecto secundario no es tan malo, al contrario, es coj*nudo!! Estas pastillas, al actuar directamente sobre mis neuronas, y tener el efecto ansiolítico que mi mente necesita tras arrebatarle la nicotina, han provocado que todo me lo tome bien, que esté siempre contenta y con un optimismo, en ocasiones, exagerado. Parece que me han inyectado "felicidina" en vena
En ocasiones veo “Disney”.
Da miedo.
Y risa. Mucha.

A pesar de todo, tengo que reconocer que las pastillas me están ayudando bastante, ya que hay que empezar a tomárselas cuando aún se está fumando, por lo que a medida que pasan los días, el olor y el sabor del cigarro, dejan de causarte ese placer que a todo fumador hace que se nos ponga los ojos en blanco, con lo cual, apagas el cigarro, con cara de asco, sin haber llegado al ecuador del pitillo.

En definitiva: el mono/ansiedad físico, parecía que iba a ser superado sin problemas.

Por otro lado está el mono psíquico y los cambios de humos…ese es otro cantar. Aunque también noto que es mucho menor en comparación con los otros dos intentos. En este caso, he tenido una semana mala, una semana en la que he intentado ser mejor de lo que soy normalmente, y aún así no he podido evitar un par de brotes psicóticos en el trabajo y la confirmación por parte de mis jefes de que esa primera semana he estado “un poco más sensible”.

Ainns.

Pero bueno, lo peor ya pasó, y ahora me considero una ex fumadora. En proceso de consolidación, de acuerdo. Pero ex fumadora al fin y al cabo.

Solo espero que pasen cuanto antes estos primeros meses sin tabaco, terminar el tratamiento y volver a mi estado de ánimo “normal”, sin que los efectos secundarios hayan hecho mucha mella en mi (aunque ya he asumido que el tic “me-palpita-el-ojo-de manera-compulsiva” formará parte de mi irremediablemente)

Y cambiando de tema….alguien sabe como desengancharse de los chupa-chups?

Jo.

PD Por cierto, sed bienvenidos! Espero que el blog al menos os divierta, y que sea de doble dirección. Soy Adalias. Ex fumadora. Encantada.