...y llega el fin de semana.
Esta semana ha sido un poco rara, de encaje. De encajar el horario, quiero decir. Y casi, casi, casi, está encajado. El caso es que este año me he metido en berenjenales a tutiplén en mis horas "extraescolares". No sólo las clases de danza, ensayos, actuaciones...sino que además me he metido en varias clases de idiomas, que a lo mejor voy a necesitar para mi trabajo. Vamos que lo que me tenía que haber pedido para Reyes era que el día en vez de 24, tuviese 36 horas, una arriba/una abajo...[y no el chulazo que pedí, y que por supuesto no me ha traido. Porca miseria]
Total que he tenido un par de semanas un poco agobiantes, dándole vueltas a la cabeza e intentando priorizar que es lo que debo, quiero y puedo hacer. Y de lo que soy capaz sin que mi cabeza estalle ni se necesario llevarme a quitapesares.
Este "estrés" mental, me ha hecho estar un poco nerviosa, baja de ánimos, deprimidilla...y un poco perdida porque no sabía bien como tenía o podía hacer las cosas. Además tampoco es que haya tenido unas semanas fáciles en el trabajo. Más bien todo lo contrario. Ha habido un par de momentos críticos y dificilillos.
Y el miércoles peté [del verbo "petar"]. Vamos, que no daba más de mi. Me salió una contractura en la espalda que me incapacitó para mis bailes, y me pasé la tarde de ayer pensando, haciendo la compra y cuidándome un poquito.
[Gracias a Padre, y varios amigos, he conseguido aclararme, tomarme las cosas con más relax y encajarlo todo.]
Que me lío. El caso es que ayer fui al supermercado, y comprando chuletas de cordero [todo glamúrrrr] mientras me ponían el pedido, un señor mayor, pasados los setenta, que tenía al lado, me dice:
- Te puedo pedir consejo?
- Si, claro. Dígame
[En esos momentos invoqué a mi madre mentalmente, quien siempre supo que pedir en la carnicería y en la charcutería, denominando cada pieza por su nombre y sabía ver cuando era buena, tierna, jugosa...una madre, vamos..]
- ¿Cuántas chuletas tendría que coger para 3 personas?
- ¿Para 3?
- Si, es que soy nuevo en estas cosas - me dijo con una sonrisa- y vienen mis hijos a comer. Es que acabo de quedarme solito - y los ojillos se le pusieron vidriosos...
Nudo en el estómago.
Ainns. Era un viejecito de los más tierno.
Me quedé sin palabras y me faltó el canto de un duro [porque el canto de un euro no me suena bien] para darle un abrazo. Me costó Díos y ayuda articular palabra
- Pues... son de buen comer? porque si comen mucho puede coger 3 cuartos o un kilo de chuletillas
[Si Adalias, hija, tú sí que sabes como romper el hielo de una situación delicada. Habla de cordero....o de cerdo, eso nunca falla. La ternera mejor para ocasiones especiales].
- Muchas gracias guapa.
- ...de nada.
-.....
-.....
Silencio incómodo.
-....
-....
- Pues sabe como están muy ricas las chuletas?? [Y dale con el cordero] yo que también vivo sola, me las hago y es muy fácil..
Y empecé a explicarle como adobar con ajillo y perejil las chuletillas de cordero. Fue un momento muy tierno.
El caso es que ese encuentro en el supermercado (*) , me hizo darme cuenta de que estaba perdiendo la perspectiva. De lo que es importante, y de lo puede y no puede estresarte o preocuparte.
Y aunque estamos pasando/sufriendo una de las peores olas de frío de este invierno, esta noche, me pintaré el ojo, me encoloniaré como si se fuera a acabar el mundo, me pondré un escote [eso sí, me pondré chinchetas en el tetero] me echaré encima mi manta zamorana, y me iré con mis amigas a echarnos unos bailes, y tomarme el par de gin-tonic que el médico/acupuntor/dietista me permite [oigo una risa en mi cabeza. Jo]
Porque la vida son dos días, y hay que disfrutarla. Y a veces no nos damos cuenta de lo afortunados que somos, de la gente que tenemos alrededor y del tiempo que perdemos.
Así que os pongo una de mis canciones favoritas para "animarme" a salir de casa, para ver si se os contagia jejejejeje ya habrá tiempo para descansar el domingo, que hoy, por fín, es VIERNES, y Carpe Diem;)
¡¡Feliz fin de semana!!
(*) Claro que...teniendo en cuenta lo que me afecta ir a la carnicería...no quiero ni pensar lo que puede pasarme si voy a la frutería. ¡¡Y menos mal que no me dió por ir a IKEA!!
Oh. Me he emocionado, con lo sensible que estoy... me acabas de recordar otro encuentro que tuve con un abuelete muy bien vestido, por cierto, en el que estaba nerviosa por si estaba de la chola y era un loco o algo... y más tarde cuando me di cuenta del mensaje de lo que me había dicho, lamenté no haber estado más presente mientras me decía, que ahora que se encontraba solito, se daba cuenta que pocas cosas hay tan importantes en la vida como el amor y tener un buen compañero de vida (en aquel entonces tenía un mal compañero, y andaba nerviosa esperándole)y que lo eligiera bien...
ResponderEliminarCreo que voy a llorar. Ains.
Me ha encantado tu post.
Biónica, gracias:) Hay que ver como un encuentro casual puede llegar a enternecerte tanto, verdad?..beso fuerte;)
ResponderEliminarHay yayos que te los llevarías a casa, directamente. A mí me da una penica verlos solos...
ResponderEliminarSil, sí.. es una pena. Y tienen tanto que enseñarnos..
ResponderEliminarSí señora, Adalias, esa es la actitud, echarse colonia como si se fuera a acabar el mundo y disfrutar de cada momento... contr olas de frío polar o lo que se nos ponga por delante. XDDDDDDDDDD
ResponderEliminarJo, a mí me pasa eso en el súper y acabamos el abuelito y yo abrazados llorando a moco tendido. O me lo llevo a casa a vivir, lo que antes me saliera. Y cierto, carpe diem.
ResponderEliminarSpeedy, gracias bonica;) por actitud que no quede y eso no se me da mal XD
ResponderEliminarDoctora, no veas lo que me costó contenerme...notaba temblorcillo en la mandíbula y todo.
Desde luego no hay casualidades. Desde que te pusieras mala con tus contracturas, hasta el ángel que te dijo que estaba solito... espero que sigas captando las señales... si las hagas caso, claro.
ResponderEliminarBesos.