Dicho y hecho, y tras preguntar en el Riad por un sitio de más o menos confianza, y tras convencer a mi Peich de que su hijita iba a sobrevivir a dos horas sin su necesaria protección [cansino que essssss a vecesssssss], me fui al Hamman.
Cuando llegué al Hamman que me habían recomendado, estuve a punto de flaquear: era una calle guarripitosa, un edificio guarripitoso y sin ninguna fiabilidad de que no fuera a derrumbarse en cualquier momento. Pero subí (el hamman estaba en el primer piso). Y entré. Y de repente cambié de mundo.
El piso estaba perfectamente acondicionado, con un más que respetable lujo y buen gusto, en tonos berenjenas oscuros y negros. Un sofá (sin roer!) rodeando toda la sala de espera. Un maravilloso y relajante olor a incienso de vainilla. Y tres chicas con una sonrisa de oreja a oreja, perfectamente uniformadas en el hall de bienvenida.
[Necesité abrir la puerta y mirar a las escaleras del edificio para cerciorarme de que seguía en el mismo y guarripitoso sitio. Y sí, así era]
Saludo y le digo a la encargada que es lo que quiero: un gommage+hamman+masaje de 60 min.
O lo que viene siendo lo mismo = el p*to paraiso en la tierra...porque a mí, señores, me encanta, ME ENCANTA, me encanta, que me SOBEN.
Mi reino por un masaje.
Tal cual. Como suena. Y que viva el sobeteo.
[Dependiendo de quien te sobe, claro..eso es un factor primordial!]
1ª parte: el gommage.
Me pidieron que me desnudara (sin presentarse ni nada? marrana!!) y me quedara con una especia de tanga reciclable de usar y tirar (que no estaba precintado, estaba abierto!! /mala espina señor, que esto lo usan más de una vez!!), unas chanclas de goma (que por supuesto estaban usadas - aquí la abuela habría dicho: "marchando una de hongos por favor!!) y un vestido raro palabra de honor (era más bien una toalla/vestido).
Me hicieron pasar a un habitáculo, humedo y mojado con una especia de altar en medio (tipo morgue...ayyyyyy lagarto lagarto!!!) y una chica me dijo que me quitara el vestido (todo ello por gestos, porque no hablaba prácticamente nada de francés, sólo árabe).
Me tumbó boca arriba, y me echó un chorro de agua (templadita eso sí, la temperatura era muy buena), después me untó del "savon noir" por todo el cuerpo y con un guante de crin (o similar) empezó la exfoliación.
Por todo el cuerpo.
Todo.
Y cuando digo todo, digo todo.
Porque cuando en España me he dado un masaje, el profesional tiene cuidado de no tocar determinadas zonas. Llámalo pudor, llámalo X.
Pues esta vez fui exfoliada sin ningún tipo de vergüenza. Otra cosa no, pero exfoliada, un rato.
A todo esto, y como una tiene un poco de vergüencilla (poca, pero tengo) se me escapaba la risilla, no sabía a donde mirar, y estoy segura de que me puse roja (y ya he comentado que nunca me pongo roja..)
Todo eso, por delante y por detrás. Tris-tras.
2ª parte: el hamman.
Después me aclaró el cuerpo, me terminó de quitar el exfoliante y me untó de una especie de arcilla, volvió a untarme por TODO el cuerpo. Incluso el pelo, y me dejó un ratejo al vapor, como los mejillones.
Ahí tuve tiempo para pensar si no me habría equivocado al meterme en este "embolao"...no se suponía que era un placer???
Me han "refregao" y untado de fango. No era esa mi idea del paraiso terrenal.
Luego tocó el aclarado de la arcilla, y pasé a la siguiente fase.
3ª parte: el masaje.
Del habitáculo en el que torturaron mi pielecica, me pasaron a otra sala, en penumbra, con camillas separadas por biombos, muy bien puesto todo, y olía fenomenal..
Me tumbaron boca arriba y empezó el masaje. Tanto por delante como por detrás. Tris tras.
Pero, qué masaje, mare....qué masaje..
Piernas, tronco, espalda, torso, brazos, manos, cuello y cuero cabelludo...ainnnnnnssss
Yo no sabía que te podías atragantar con tu propia saliva. Puedes.
Yo no sabía que cuando te tocan determinada parte de la cabeza, el dedo gordo del pie salta como un resorte. Lo hace.
Siempre había pensado que perdería el control sobre mis babillas, allá por los 130 años de edad. Pues va a ser que 100 años antes, ya se me ha caído la baba.
Porque se me caía la baba en plan Homer cervecero...
Poco más o menos...así me quedé. |
¿Es o no es el paraiso?
Desenlace: el resultado.
Cuando terminó el masaje, salí de allí como si estuviera pisando huevos y dando saltitos en plan "¿a qué huelen las nubes?"..
Como tenía todavía media hora, decidí dar el punto y final y me hice la manicura. Ale, por que yo lo valgo!!
Y mientras me la hacían, la encargada, que se llamaba Rasshida, me estuvo dando un palique de lo más interesante (resulta que ella y su hermana se habían montado el Hamman por su cuenta, y estaban empezando a despegar en un país basntante reacio al éxito empresarial femenino, con dos cojones [y esta vez no censuro con *, que el taco se lo merecen completo] palique al que unieron dos chiquitas más que estaban en la Sala, también marroquís y encantadoras.
Cuando salí del Hamman, tenía la manicura perfecta, un nuevo contacto-colegueo marroquí (porque Rasshida y yo terminamos intercambiando los mails), relax mental, un buen rollismo impresionante, y una piel, una piel....que el culito de un bebé es esparto a su lado!!
[Qué exfoliación, mare, qué exfoliación!!]
Jajajaja, gran post, sí señora, lo que me he podido reír... Me alegro de que te haya ido bien la experiencia. Muy buena la etiqueta de Guillermina Fog xD Espero atenta la segunda entrega. ¡Besotes!
ResponderEliminarSil, gracias bonica;) me da a mi que la etiqueta (si la economía acompaña, claro) la voy a utilizar bastante!! Muaks!
ResponderEliminarYa se ve que el masaje te dejó estupendamente por delante y por detras, tris, tras XDDDDDDDD jajaja, me he reído mogollón
ResponderEliminarSpeedy, deberíamos importar esa técnica XDDDDD a una superheroína como tú le vendría de perlas ese relax depués de luchar contra los supervillanos!!:D
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