Inspirada por uno de los últimos post de Speedygirl, hoy, que brilla el sol a través del cristal [tremedamente sucio por la polución. Asquete] me animo a contaros una historia de amor de la que me enteré hace poco. Historía verídica con personajes de verdad. [Aunque reconozco que a mi me costó la vida creérmela]
Erase que se era, un lozano muchacho, llamado C, simpatico y buen chico, pero con un cierto yuyu a los vuelos intercontinentales, sobre todo por su duración.
Su empresa, sabiendo que lo mejor para los yuyus es la técnico "quenoquieresarrozcatalina?", le envió sabiamente a un congreso a cierto país de Latioamérica.
C se armó de valor, y de dinero, y entró a una farmacia. Expuso su problema y el boticario le dió una fuerte droga (legal, todo legal) para que se quedara dormido en cuanto se la tomara. C, feliz y sintiéndose a salvo, se dispuso a coger el avión.
En cuanto se sentó en el asiento, pensó: "para qué esperar más??? me voy a tomar la droga y cuanto antes pase todo, mejor que mejor".
Y se la tomó.
[Cantaro's soul!!!!!!!!!]
A los dos minutos, vió avanzar por el pasillo del avión a una rubia imponente, espectacular, guapísima. El tiempo se ralentizó, sonó música de fondo y una leve brisa [que no se sabía de donde salía...] empezó a moverle suvamente el cabello.
Ella, siguió avanzando por el pasillo buscando su asiento. Avanza un fila más.
"No puede ser." Piensa él.
Se sigue acercando.
"Imposible."
Y más, y más.
Y se sentó a su lado y le dedicó la sonrisa más bonita del mundo, diciéndole "hola! creo que vamos a ser compañeros de viaje". Se llamaba K y era un sueño.
"Es un sueño" pensó C.
"Sueño...j*der. Tengo sueño. Mi*rda. Tengo mucho sueñoo!!!"
.......
¡¡¡¡La pastilla!!!!
Pues sí. La pastilla hacía su efecto, y a C se le empezaron a cerrar los ojos.
Imaginaos la escena: C, intentando dar palique y conversación inteligente a K, con los ojos entrecerrados y sonrisilla medio parda, dando tumbos de cuello a diestro y siniestro, y pareciendo más un borracho que el príncipe encantador. Hasta que por supuesto, se durmió. Todo el viaje. Cuando despertó, al finalizar el vuelo, consiguió abordar nuevamente a K [K era de esa ciudad latinoamericana] y le pidió el correo electrónico.
Cuando C volvió a España, le envió un correo a K, ingenioso y simpatico.
Del cual no tuvo respuesta. [Cosa que habla bien de K, ya que como vas a contestar el correo de un tipo que babeaba y hacía gestos rarunos cuando hablaba contigo? Seguro que era un psicópata.- Todo eso si suponemos, claro está, que el mail era efectivamente el de K...]
Pasaron dos años. Y la historia de C y K pasó a ser una anécdota y broma de bar. Hasta que un día por la calle, C vió una rubia despampanante: era K. La saludó, ella no se acordaba...al principio.
K había venido a España a hacer un master. C le ofreció tomar un café.
Hace dos años se casaron.
[Tengo que desintonizar Divinity, que me hace daño a la neurona]
Guau!!! Es increible! Y es el destino!
ResponderEliminarMe encanta, que yo soy muy pava para estas cosas :)
Un beso
Érase q Será...,, lo mejor d la historia es como lo cuentas....
ResponderEliminary tus palbras son espejo d Ti,
Abrazo d tu admiradora Aspirante a rEINA !
Sí, pienso lo mismo que por ahí arriba, muy bien contado... y la historia es de las que animan a no perder la esperanza. Y buena falta hacen historias como esas, no? XDDDDDDDDDD
ResponderEliminarA veces queda más que claro que las personas están destinadas a estar juntas... Me ha encantado la historia.
ResponderEliminarLili, lo mejor de todo es que es real!!!
ResponderEliminarReinita, algún día contaré también tu historia jijiji
Speedy, definitivamente, sí que nos hacen falta.
CMQ, sólo espero que en alguna ocasión la protagonista..sea yo:D
No me lo puedo creer, eso solo pasa en los cuentos.
ResponderEliminarApple, si no fuera porque conozco a la fuente, te diría que es una leyenda urbana. Pero sí.. es cierta:D
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