No. Este post no va de la famosa y, al parecer, adictiva serie (que por cierto, NO he visto, no me matéis por ello!!), sino que trata de una de mis mayores “virtudes”: perder cosas.
Se me da de miedo, oyesssss. ¿Quieres perder algo? Dámelo que yo me encargo.
Y este fin de semana he sido fiel a mi esencia y he vuelto a ser verdugo de mis posesiones. Qué cruz señor, qué cruz!
Y es que he perdido de todo:
- Juegos de llaves (y quién no?) de mi casa, o mejor dicho, de la de mi madre. Un par de veces. Mi madre, por precaución, cambió la cerradura.
Las volví a perder.
- Monederos y carteras varias (con sus tarjetas, carnés, fotos de idem, cupones, etc.) Aunque para ser fiel a la verdad, una la perdí y otra me la robaron.
El caso es que me quedé sin ellas. Lo más latoso fue tener que reponer los carnés, ya solo por eso creo que aprendí la lección y ahora me pongo el monedero con chinchetas.
- Jerseys. Sí, jerseys y chaquetas. La última esta primavera pasada. Bueno en realidad perdí dos, una en febrero y otra en marzo. Más monas que eran…
[Incluiría en este punto abrigos, que también he perdido, sí…sin comentarios]
- Pendientes. Creo que tengo cientos de pendientes desparejados.
Me encantan…y los pierdo sin remedio!! Ya sea por culpa del casco de la moto, porque me los quito en las duchas del gimnasio, o de mi casa y luego se me olvida volver a ponérmelos y se caen al suelo, etc. etc.
O tal vez porque me los quito en cualquier lugar de la casa. Sí, puede que también sea por eso (Cristínnn!!!)
- Calcetines. Me los como. Los hago desaparecer. Y claro, tienen el mismo fin que los pendientes: los “divorcio”, y se quedan desparejados de por vida.
Sin mencionar que los ataco sin piedad y todos los calcetines del pie derecho tienen ua gran tomate que luego me toca remendar.
Tengo un dedo gordo que parece un arma de destrucción masiva.
Aunque he desarrollado una técnica para darles un uso diferente para el cual nacieron: los convierto en trapos para limpiar el polvo /cristales, calentadores improvisados, juguetes para mi gatuco, si son de media los apaño como guantes para bailar, reutilizo las telas como retales…imaginación al poder. Y reciclaje al 100%!!
- Mecheros. De mi época de fumadora, los mecheros eran el top de mis objetos “perdibles”. Me los dejaba en cualquier parte, en cualquier bolsillo, pantalón o falda. Eso si, el día menos pensado me los volvía a encontrar, muy majos ellos, en ese mismo bolsillo o bolso. De hecho, sigo encontrándomelos después de 3 meses sin fumar (yujuuuu!)
- Ropa y cachivaches variados. En hoteles, gimnasios, albergues, academias de danza…todo vale para mis olvidos. Desde camisetas hasta protectores para el pie, anillos, diademas, pantalones..soy un cristín.
- Móviles. He perdido 2. Bueno, uno me lo robaron (junto con el monedero arriba citado…ainns) Lo que más me duele son los números no recuperables, los sms que guardaba con cariño, y las fotos que nunca descargué. ¡¡¡Qué penica!!!
- Cámaras de fotos. Es mi “hit”. Gano por goleada. Y van 4 señores.
4.
CU-A-TRO.
Nada más y nada menos.
4 cámaras de fotos.
Recuerdo cada una de ellas, donde y como las perdí, y en qué momento dejé de verlas. La última: este fin de semana. Lo que más me duele: era un regalo de mi padre. Y bueno, dentro de lo malo, todas las fotos estaban descargadas (excepto las de esa misma noche) y el mal emotivo es el menor posible.
Así que ya estoy llamando de nuevo al nº de objetos perdidos del ayuntamiento (ya que se supone que si los taxistas/autobuseros/ciudadano son cívicos y honestos la llevarán allí) y preguntando por mi cámara (snif snif)
¿Soy demasiado ingenua?
Prometo relatar y publicar la conversación con la Oficina de Objetos Perdidos, si ésta lo merece. Lo que seguro no podré publicar será la carcajada de la telefonista cuando le diga como es mi cámara (ILUSA que soy por pensar que voy a recuperarla!!!)
Creo que tienen mi foto colgada en esa oficina. (Debajo de la del Rey, que tampoco soy tan importante! Juas juas) Y brindan por mi en Navidades como su principal proveedora.
Por lo menos sé que todavía conservo mi cabeza, aunque de vez en cuando algún tornillo se me escape.. pero bueno, todo se andará, tiempo al tiempo.
PPost. Y otra cosa me preocupa: lo que había en la cámara. Pensando pensando, además de las fotos de aquella noche, en la cámara también está mi soberbia actuación en la boda de Misia/. Si la cámara cae en manos de un desalmado (dícese, personajillo sin alma) puede que la próxima vez que ponga Antena3 y salga uno de esos programas de videos de risa (tipo los videos de 1ª de antaño) vea a alguien conocido en la pantalla. ¡¡¡¡Entonces también habré perdido mi dignidad!!!! Oh..Díos..Mío..
Hala, cuatro cámaras!!!! que putadón!
ResponderEliminarSi, creo que tu actuación puede tener mucho tirón en el emule...
Yo reparto horquillas por doquier. Y lo de los calcetines me suena, aunque yo los dejo dentro de la cama jijijijiji Es que ya hace frío y me los quito en medio de la noche.
Bueno, tú los pierdes... mi hermana Hacha los inutiliza. Tira los móviles al váter. Sin querer...
ResponderEliminar¡¡A mí me pasa igual!! Menos mal que tengo muchísima suerte; cuando iba a la Universidad nunca llevaba bolso. Pues el día que iba con falda sin bolsillos y lo cogía, me lo dejaba siempre en los bares. Eso sí, siempre tuve la fortuna de que cuando volvía corriendo allí seguía.
ResponderEliminarPerlita, sí. Un putadón con todas las letras (4 cámaras! Eso sí, en 12 años..y ya me voy a por la quinta, baratita, baratita:S)
ResponderEliminarHaces bien con los calcetinas, los pies fríos es lo peor!!
Gato..se los pone tu hermana en el bolsillo de atrás del pantalón?? Conozco el caso.
Consejo: si un móvil se te moja, mételo corriendo en un plato con arroz. El arroz absorbe el agua, y según me han dicho, funciona;)
Doctora, que suerteee! Y te reconozco que a mi no me han pasado más cosas porque Dios (o el que sea) no ha querido..
Os diré que según mis últimas pesquisas, no hay rastro de mi cámara:( solo tengo una leve esperanza mañana, pero me da a mi que va a ser que no...
Yo sólo pierdo paraguas. En una ciudad donde apenas llueve yo he tenido cientos de paraguas. En el metro, en el parque, en la cafetería, en la uni, en el coro, en el bus, en el médico... Paraguas perdidos por todas partes...
ResponderEliminarjajaja, yo también lo pierdo todo y lo más gordo es que estoy convencida de que lo he dejado en su sitio y que algún duende lo ha cambiado para fastidiarme. Ahora que lo dices, voy a poner la habilidad de divorciar calcetines como especialidad en mi curriculum, porque soy toda una experta.
ResponderEliminarCansada de desparejar calcetines, he optado por la vía cómoda: todos iguales, negros de Calzedonia.
ResponderEliminarIgual te sirve, entre los "perdedores" tenemos que ayudarnos.
Sil, los paraguas los conservo! Son lo único que se escapa a la maldición:P
ResponderEliminarSpeedygirl, creo que los duendes están a tiempo completo con nosotras jajaja. La madre de una amiga dice que lo que pierdes te lo devuelven, de otra forma, los enanos. Entre duendes y enanos, vamos a tener aquí a todo el “bosque encantado”!
Bichejo, buen consejo de “perdedor” :P Merci!
Veo que todos tenemos una “kriptonita” susceptible de ser perdida:P