Penitencia, Vía Crucis y Resurrección

Un nuevo pico de trabajo y un par de viajes me han vuelto a tener apartada de la blogosfera. Y es que cuando no hay tiempo, no hay tiempo. Y hacer las cosas deprisa y mal, como que no.
Eso sí, ahora que vuelvo a mi rutina y vida "normal", me encuentro con varias consecuencias y penitencias que pagar:

1. El "reader" petao. Señor, qué de trabajo acumulado.
[Menuda herramienta del demonio ésta del reader..]

2. Desorientación y confusión.
[Al no haber leído las últimas noticias, la sensación de desapego y el "por donde empiezo" hace su aparición]

3. Perezoncio total.
De escribir, y de leer, porque no sé si os habrá pasado alguna vez cuando dejáis el reader un par de día [o es que yo me he "abonado" a demasiados blogs, qué también puede ser]. Aunque en realidad esto no me preocupa, porque luego lo difícil es parar, y retorna rapidamente la yonki-blog....lo sé....la presiento de nuevo...

4. Muchas historia que contar.
Porque el tiempo no pasa en balde, y afortunadamente este año está siendo intenso y divertidísimo [qué se quede así, por favor!]

Así que al lío, que hay mucho por delante...

Uno de los motivos de mi ausencia ha sido mi visita "obligada" por Semana Santa a mi madre y hermana, mi pequeña sílfide pelirroja, (y demás familia) en una pequeña ciudad castellana (llamémosla Minicastilla).

No os penséis mal. Ver a mi madre y mi hermana no es una obligación, (bueno, lo de mi madre me carga pelín la verdad), lo que pasa es que Miniscastilla no es santo de mi devoción, ya que me parece gris, aburrida y otra serie de lindezas que no diré porque daría muchas pistas [jejejejejejeje]
Aunque para ser honestos es lógico que Minicastilla no me guste, nunca he vivido allí, y por lo tanto no tengo amigos ni nadie a quien ver, sólo mi madre, mi hermana de 17 años [porque mi otro hermano, Bro, no estaba], mis tías abuelas de 96 y 91 años....vamos...PLA-NA-ZO.


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[COÑAZO DE SEMANA SANTA POR EL AMOR DÍOS Y LA VIRGEN DE LA TETA AL HOMBRO]

¿Entendéis mi particular Via Crucis?
Obviamente, exagero un poco [no tanto, no tanto] pero...y lo bien que me ha sentado este momento "mano en la frente" a lo María Guerrero?? Qué bien sienta desahogarse.

Así que, y resumiendo, mi Semana Santa ha consistido en : dormir, comer, volver a dormir, ver "Quo Vadis" merendando, ver procesiones [esto sí que me gusta, fíjate tú] volver a dormir, comer, ver "Los Diez mandamientos", volver a dormir, comer, ver caer la lluvia a través de la ventana, comer......etc., etc., etc.

De este particular letargo he salido gracias a dos personitas:

1. Mi hermana, qué graciosa que está, qué guapa que es, qué salidas que tiene,  qué ostia le daba a veces, y qué pavo que tiene.
Yo no era así con 17.
No. No lo era.
Juro que no lo era.

[¿Lo era? uhmmmm Mi madre acaba de ganarse mi respeto]

2. Mi abuela.
Porque, señores, mi abuela, es la más grande. Por lo presumida que es, por las ganas de vivir que tiene, por la chispa que desprenden sus ojillos y por su carácter imperturbable a pesar de los pesares.
Me encanta cuando en las timbas familiares, se pone a cantar y chascar los dientes cuando le tocan buenas cartas.
Me encanta cuando se sienta a mi lado y sin hablar comienza a rascarme con dulzura el brazo.
Me encanta cuando se ríe con ganas, contangiándonos a todos.
Me encanta la curiosidad  y apertura mental que muestra a sus 86 años.

Yaya [viendo Salvame Deluxe]: Y como se las apañarán dos lesbianas en la cama?

[Ains. Por el amor de Dios]

Ada: Yaya... no me preguntes eso...
Yaya: chica, que no lo entiendo...

Picueta me quedó, oyess.

A ellas les debo mi salida de la Semana Santa por la puerta grande, y no haber acabado tirándome de los pelos. Aunque no te digo yo que no acabe visitando a un psiquiatra después de la visita veraniega....